Procesado 3.018, Luis Alberto Molina 8 años de reclusión por
delito de corrupción de menores.
Detenido 16.115, Valentín Arregui Paz. Preso político. Puesto a disposición del
poder ejecutivo de la Nación. Conducta reprobable por rebeldía.
Se abren puertas. El público entra y toma asiento alrededor
de la celda. Una celda que se encuentra entre dos mundos. Una celda que es un
escenario pero también una rendija a través de la cual el espectador accede a
otro tiempo, otro lugar. Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, España, Europa del
este. No importa. El espectador asiste al drama. Dos revolucionarios. Dos soñadores. Dos
subversivos peligrosos. Dos hombres asustados. Dos hombres encerrados y
abandonados. Dos hombres que aman. Dos hombres que padecen. Una mujer araña.
Una mujer pantera. Un cráneo de vidrio lleno de estampas de santos y de putas. Una
enfermera blanca, sonámbula traidora. En una noche larga, fría y húmeda cuida a
un peligroso enfermo contagioso.
Manuel Puig vació su alma en esta novela, y sus posteriores
versiones para cine y teatro. Una obra de arte crítica y comprometida
construida a partir de su lamento ante la situación política y social, el
estigma de su condición sexual, la devoción por la figura materna, el
sufrimiento ante la soledad y el rechazo, el poder del cine como escapatoria a una
realidad dolorosa y su firme creencia en la naturaleza esencialmente bisexual
del ser humano.
MOLINA- ¿Y qué tiene de malo ser blando como una mujer?,
¿Porqué un hombre o lo que sea, un perro o un maricón no puede se sensible si
se le antoja?
VALENTÍN- Al hombre ese exceso le puede estorbar.
MOLINA-¿Para qué? ¿Para torturar?
VALENTÍN- No, para acabar con los torturadores.
MOLINA- Pero si todos los hombres fueran como mujeres no
habría torturadores.
VALENTÍN- ¿Y tu que harías sin hombres?
MOLINA- Tienes razón. Son unos brutos pero me gustan.
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